La desmesura que volvieron a adoptar los elogios de la Presidenta a un gobernador cuya gestión mantiene a Formosa sumida en la postración, el atraso, la miseria, los negociados, la corrupción, el tráfico de drogas, el hambre y la perenne desigualdad pueden explicarse por una perversa lógica partidaria: votos a cambio de caja y obras.
Son demasiados los formoseños que padecen los dramas, entre muchos otros, de la falta de agua potable, de asistencia sanitaria y de educación. Y en el caso de los indígenas de la etnia qom, debemos agregar los asesinatos impunes que sufren.
Por desgracia, son varias las provincias que podrían usarse como ejemplo de las peores lacras que resultan del ejercicio feudal del gobierno en esos estados. Pero pocas, sin embargo, ofrecen un panorama tan nefasto como el que muestra Formosa. Ese lamentable panorama es el que su gobernador quiere esconder detrás de los falsos logros que enumeró en el discurso con el que recibió a la Presidenta.
Una realidad que pretende ocultar la mostró Periodismo para todos al reflejar los graves problemas que afronta la comunidad wichi. Una semana después de emitirse el programa, un equipo de éste sufrió presiones verbales por parte de varias decenas de personas identificadas con el kirchnerismo local que lo obligaron a retirarse del pueblo de El Potrillo, a más de 300 kilómetros de la capital provincial.
Esa clase de avasallamiento sólo es posible cuando una provincia deja de serlo para retroceder a la categoría de feudo. Y como tal la gobierna Insfrán, quien desde 1995 es su gobernador, para lo cual tuvo que impulsar una reforma constitucional para habilitar la reelección indefinida.
Tal es su grado de cercanía con la Presidenta y sus funcionarios que Formosa escribió un oscuro capítulo del ya grueso libro de los negociados por los que está siendo juzgado y procesado el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou.
En efecto, en 2010, Formosa pagó 7,6 millones de pesos al fondo The Old Fund por un presunto asesoramiento brindado a los funcionarios provinciales que negociaron con el gobierno nacional el canje de deuda. Esa operación se completó cuando Boudou era ministro de Economía.
Sin antecedentes de ningún tipo, The Old Fund, del presunto testaferro de Boudou, Alejandro Vandenbroele, y vinculado con el caso Ciccone, fue contratado por Formosa sin licitación ni concurso, por 7,6 millones de pesos para ese sospechoso asesoramiento. De ese monto, un funcionario muy próximo a Insfrán retiró 2,2 millones. Se trata de Martín José Cortés, director y presidente del Banco de Formosa.
Tampoco es de extrañar que en el feudo formoseño la oposición sufra persecuciones, como ocurrió con una suerte de inspección realizada por 30 funcionarios que concurrieron con cámaras de televisión al establecimiento agropecuario que la familia del diputado nacional (UCR) Ricardo Buryaile posee desde hace años en la localidad de Patiño. "No pudieron darse el gusto de encontrar trabajadores en negro. Sería muy bueno -propuso Buryaile- que también revisen los campos de los funcionarios de Insfrán con el mismo rigor, sobre todo aquellos campos de concejales del Frente para la Victoria donde se encontraron más de 700 kilos de cocaína."
Agregó el legislador que se intentó armarle una causa para fusilarlo mediáticamente "por pensar distinto, mientras que en los campos de Formosa todos sabemos que siguen aterrizando todos los días aviones con droga".
En 2011, la Justicia procesó al entonces concejal formoseño Héctor Hugo Palma por haberse hallado en un campo de su propiedad 701 kilos de cocaína. Palma se había dado a la fuga tras el secuestro de la droga, pero fue capturado y detenido.
Un federalismo que se declama, pero que no se practica suele producir la involución que transforma a provincias en feudos manejados con mano férrea por caudillos que se eternizan en el cargo. El autoritarismo que los caracteriza dentro de la provincia suele trocarse en franco servilismo hacia la Casa Rosada, de la que dependen para recibir fondos y obra pública. El unitarismo fiscal, desde el retorno de la democracia hace ya 30 años, nunca ha sido tan despiadado como ahora en el ejercicio centralizado del poder, paradójicamente ejercido primero por un ex gobernador de Santa Cruz y luego por una Presidenta de origen bonaerense.
Los elogios de la Presidenta a Insfrán, por carecer de base fáctica, constituyen otra afrenta para todos los argentinos y muy especialmente para los propios formoseños..